Doña sabiduria

Doña sabiduría un día con alta y sonora voz decide ir a las calles a dar una explicación. Clamó a todos los reunidos en la plaza de la ciudad y dijo a las multitudes por la calle principal: ¿Por qué ustedes aman tanto, lo que les trae calamidad Desechen la ignorancia, la burla y mediocridad! Les invito a recibir el consejo que hoy ofrezco. No guardaré secretos, mis tesoros hoy les revelo. De simples, burlones y necios en cambio ser transformados, a entendidos y sabios, ¡gente de discernimiento!

Doña Sabiduría un día con alta y sonora voz decide ir a las calles a dar de su erudición: A menudo llamo a muchos pero a mí no quieren oír no prestan alguna atención ¿Se sienten muy bien así? “Simple” cómodo en ignorancia, “Burlón” disfruta el desdén, como el más estúpido de todos, “Necio” odia todo saber. Grande peligro acarrea vivir de tan mala manera no rechacen mi consejo ¡atiendan mis advertencias! Teman a Dios, amen conocer, cosecharan el fruto amargo de vivir al peligro expuestos.

Cansados de Sabiduría cada uno a sus asuntos fué cuando de repente anuncian cosas de gran interés: “Seguro mañana en la tarde harán su entrada triunfal el torbellino desastre y la tormenta Calamidad!” Gritan todos por ayuda nadie responde al clamor. retumba fuerte la risa burlona de la rechazada, que nadie escuchó. Llamé a todos y no vinieron tendí la mano y no hicieron caso di corrección que fue rechazada di consejo y atención no prestaron.

Doña Sabiduría un día resuelta silencia su voz. Nadie la escucha en las calles el tiempo ya se agotó. Tal es la senda a la muerte del que ignora la voz de Dios pero el que atiende vive tranquilo libra su alma de la perdición.

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